Así mismo, manifestó que el confinamiento por la pandemia, con las restricciones de espacio, la imposibilidad de visitar a amigos y familiares o el miedo al contagio, “con la gracia de Dios, puede ser una experiencia de purificación. También para nuestra vida sacerdotal la fragilidad puede ser como el fuego del fundidor y como el jabón de las lavanderas que, elevándonos hacia Dios, nos refina y santifica”.
Durante esta jornada que se lleva a cabo en el Santuario de Santa María del Fonte en Caravaggio, Italia, el Santo Padre invitó a disfrutar de la belleza del encuentro con el otro, a curar el virus de la autosuficiencia.
“No tengamos miedo del sufrimiento”. (…) “El Señor carga la cruz con nosotros”.
De igual modo, el Papa Francisco se dirigió a los sacerdotes ancianos y enfermos participantes y les recordó que “sois sacerdotes que, en la oración, en la escucha, en el ofrecimiento del sufrimiento, realizáis un ministerio que no es secundario en vuestra Iglesia”.
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa
Fuente: ACI Prensa