1. ¿Cómo practicar una Iglesia en salida en tiempo de pandemia, de confinamiento?
"La vida de nuestro Señor Jesucristo estuvo confinada en Nazaret durante 30 años, solamente después viene la vida pública propiamente de Jesús. Esa vida de la infancia, adolescencia, de la juventud inicial del Señor Jesús, fue una obra misionera, pero fue una obra misionera allí en el hogar de Nazaret.
(…) Pienso en tantos que en los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial fueron misioneros allí en ese escenario. Estoy pensando en hombres y mujeres que dieron la vida por el Evangelio estando confinados, pero además estoy pensando en la vida Consagrada de la Iglesia: hombres y mujeres de vida contemplativa que están allí en un Monasterio, viviendo un confinamiento por amor, santificándose por amor; creo que Iglesia en salida es donde haya una persona que sigue los pasos de Cristo, allí está anunciando y viviendo el Reino".
2. ¿Cómo vivir la comunión en este tiempo de aislamiento? Monseñor Luis José responde:
“Estoy pensando en la Trinidad Santa de donde viene la comunión: tres personas distintas que viven una sola comunión de un Dios verdadero: Padre, Hijo y Espíritu Santo; de allí brota la comunión y la participación de la Iglesia.
Recuerdo las palabras de Benedicto XVI: “la persona que tiene fe nunca está sola” una cosa es estar distanciados y otra vivir solitarios. La verdadera comunión es el reconocimiento del otro. Cuando hay esa solidaridad y empatía entonces allí vivimos comunión. Estamos llamados a cuidarnos en este momento, a cuidar la salud del otro y es allí precisamente cuidando la salud del otro cuando estoy viviendo la comunión"
3. ¿Cómo ser Sal y Luz en el mundo en un momento donde se pierde la esperanza?
Monseñor Luis José respondió a esta pregunta basándose en el Evangelio de este domingo. Donde los discípulos en la barca viven un momento de angustia, pero Jesús se acerca y se les revela…
“Jesús dice: soy yo. No tengan miedo y eso debe resonar en nosotros: no tengan miedo en medio de la pandemia... Y el Señor va con Pedro, porque Pedro pidió ir hacia Jesús y luego los dos llegan a la barca; es ahí donde viene la calma: cuando Jesús llega con Pedro a la barca, es decir, cuando él se pone en el camino de nuestras tragedias para llegar a la barca de la familia, de la ciudad, del país, de la humanidad que está herida. La Iglesia se ha caracterizado en Bogotá por meterse en los barrios: porque las parroquias son eso: Iglesia en casa (…)
En medio de la pandemia no podemos perder la esperanza, el Señor nos dice: no tengan miedo, Soy Yo. Es tan bello este momento para que nosotros crezcamos, ensanchemos nuestro corazón y nos dispongamos a ser siervos por amor, con cariño, al estilo de Jesús: quitarnos el ropaje, ponernos a los pies de los otros, lavarles los pies y de esta manera, nuestra Iglesia es una Iglesia Samaritana que encuentra al que está tendido en el camino y no pasa de largo. La peor de las pandemias sería la indiferencia. Pero allí en la parábola del samaritano encontramos nuestra motivación para ver, conmovernos, acercarnos curar las heridas y eso podemos hacerlos desde casa, en nuestra parroquia, en nuestra familia"
Finalmente, Monseñor invitó a dejarnos llevar por el Nuevo Ritmo de Jesús, y pedir a María que camine con nosotros, con los enfermos, con los niños, con los jóvenes, con los adultos.
“Nada nos podrá separar del amor de Dios”
Para más información o vivir de nuevo la transmisión puedes hacerlo por el canal de Youtube de la Arquidiócesis de Bogotá (Oficial) o nuestra página de Facebook: Vicaría Inmaculada Concepción
Oficina de Comunicaciones
Vicaría Episcopal Territorial de la Inmaculada Concepción
Catherin Florez
