Al ritmo del ministerio de música Vía7 de la VET Espíritu Santo, se dio inicio a esta jornada ambientada con alabanzas para el Señor. Posteriormente, Monseñor Jaime Mancera, Vicario Episcopal de la Dimensión Social de Evangelización, brindó una calurosa bienvenida y acogida a todos los presentes.
Así mismo, el Señor Arzobispo, Luis José Rueda Aparicio dio la bienvenida y extendió un motivador mensaje dirigido a todos los participantes en el cual expresó una profunda gratitud en nombre de toda la Iglesia arquidiocesana por todo el bien que hacen estos servidores, por toda la presencia misericordiosa, consoladora y sanadora que ellos expresan en esas instituciones de la salud, con los enfermos y en todos los escenarios donde sirven con todo el riesgo que esto conlleva.
“Esta tarea que están cumpliendo, esta misión que ha puesto Dios en sus corazones, me hace pensar en cómo a lo largo de la historia, muchos Santos han encontrado su santificación porque cumplen esa obra de misericordia misionera: estuve enfermo y fueron a visitarme. Sabemos que el momento es muy desafiante, es un momento que ha puesto a prueba la fragilidad de todos los seres humanos; pero, quiero decirles: ustedes son misioneros de la esperanza. (…) Ustedes son una semilla del Reino, una semilla de esperanza, ustedes son Sal de la tierra y Luz del mundo. Allí, el bautismo de ustedes se convierte en misión, se convierte en sacrificio, en riesgo. Sepan que el amor de la Santísima Virgen María y la innumerable presencia de hombres y mujeres santos que a través de la historia entregaron su vida cuidando a los enfermos, acompañan hoy también esa misión de ustedes, su diario vivir y la palabra amiga que conforta en medio del sufrimiento”
Así mismo el Señor Arzobispo, destacó tres aspectos motivadores que todos los animadores que sirven en esta pastoral deben tener en cuenta:
1. Formación permanente: nos permite ir reconociendo los signos de los tiempos y poder servir, una formación integral de todos los bautizados y una formación específica en el mundo de la salud.
2. intensifiquen la oración: la oración desde casa, en el trabajo, también se convierte en un accionar, en una siembra de la presencia del Reino en distintos lugares.
3. Promotores de vocaciones: Ojalá ustedes puedan motivar a muchos, que ustedes sean promotores de vocaciones de fieles laicos, de religiosos y religiosas, sacerdotes, para que integrando esta comunidad grande de servidores podamos afrontar la post pandemia en un ámbito preventivo y curativo.
Durante el encuentro también el padre Hugo Orlando Martínez, Vicerrector de Unimonserrate, dirigió una reflexión en torno al pasaje del Evangelio que habla de la mujer cananea y su fe, cuya respuesta a su clamor fue un gesto hermoso de la misericordia infinita del Maestro.
En el encuentro también hubo un espacio para el trabajo en grupo, el cual iba dirigido a analizar y realizar reflexiones en torno a preguntas como:
¿Cómo acompañar a los enfermos en el tiempo de pandemia?, ¿Cómo hemos vivido nuestro apostolado durante este tiempo, con los enfermos? ¿Cómo nos imaginamos que será la Pastoral Social?
Finalmente, Monseñor Jaime Mancera recordó que en esta y todas las pastorales, vivamos siempre los tres acentos del Nuevo Ritmo
1. Espiritualidad Misionera: la cual pone nuestro ritmo como evangelizadores. Nos invita a ganarnos a todos para Cristo: que todos nos sintamos responsables de compartir la fe a los demás.
2. Espiritualidad Diocesana y de Comunión: somos una familia arquidiocesana y estamos invitados a caminar juntos.
3. Ser Sal de la tierra y Luz del mundo: el amor vivido y hecho concreto en esa ayuda, en ese cuidado a los enfermos se convierte en un fermento que cambia el mundo. Somos Sal y luz para otros.
